Praga: Breve descripción del desalojo de Milada |
El 30 de junio de 2009, alrededor de las ocho de la mañana, una agencia de seguridad irrumpió en la casa ocupada Milada de Praga. La entrada principal fue tirada abajo al igual que todos los obstáculos encontrados, de esta manera comenzó el desalojo de la casa. Esta agencia de seguridad fue enviada por el Instituto de Información para la Educación (ÚIV) quien administra este terreno (de propiedad estatal) y desde el 30 de Junio del 2009, también la residencia Milada pues es a partir de esta fecha que la casa esta registrada en el catastro municipal. Durante la intervención de esta agencia de seguridad estuvo presente la directora del ÚIV, Sra. Zieleniecová, y el alcalde de Praga 8, Sr. Nosek. A pesar de la presencia de estas dos autoridades, los empleados de la agencia de seguridad destruyeron arbitrariamente el equipo de la casa, las ventanas, interiores y objetos personales de los habitantes. Igualmente, vale recalcar que durante esta intervención, los denominados “agentes de seguridad”, quienes por su apariencia, expresión y forma de vestir (marca Thor Steinar) evocaban a neonazis, comentaban entre ellos diciendo que el propósito de su intervención era: “hacer de la casa un lugar inhabitable”.
Justo al comienzo de esta intervención, siete okupas subieron al techo de la casa, su intención era impedir la evacuación completa de la casa. Uno de los agentes de seguridad utilizó gas lacrimógeno para intentarlos hacer despejar el techo. Alrededor de las 10.30a.m. los primeros simpatizantes de Milada comenzaron a reunirse delante de la casa para expresar su desacuerdo con el desalojo. Las primeras unidades de policía igualmente llegaron y comenzaron a cercar el espacio del campus universitario contiguo a Milada; de esta manera, los simpatizantes se vieron obligados a manifestar desde el aparcamiento adyacente. Hubieron empujones y varios lesionados entre los manifestantes, también hubo una detención (esta persona fue revolcada en el suelo, apaleado y amaniatada por la policía).
Alrededor del mediodía también fue detenido uno de los dos acusados de momento.
La agencia de seguridad trató de ahuyentar a los okupas ubicados en el techo utilizando el humo de estufas de la casa. Durante el desalojo una ocupadora del autobús habitable aparcado cerca de Milada, fue atacada por la policía de manera que fue necesario transportarla al departamento neurológico de hospital Bulovka bajo la sospecha de un posible ataque de epilepsia. Ella es una extranjera y a su amigo se le negó el acceso al autobús para recoger sus documentos. Durante la ausencia de esta chica algunos objetos personales ubicados al interior del autobús se perdieron.
La situación se estabilizó por algunas horas: okupas en el techo y manifestantes dentro de la zona definida por la policía. De esta manera comenzaron las negociaciones para permitir el ingreso de una cámara que pueda controlar los daños realizados por la agencia de seguridad, y también para asegurar los objetos personales de habitantes y de visitantes extranjeros que se encontraban en ese momento en Milada. Finalmente el ingreso de esta cámara no fue permitido.
Los residentes de Milada, que se quedaban afuera y temían por sus pertenencias (dinero, cámaras fotográficas, documentos, etc.) trataron de negociar la posibilidad de entrar uno a uno y con resguardo si necesario, pero esto tampoco se permitió.
El temor de los okupas se cumplió cuando el personal de la agencia de seguridad empezó a echar por la ventana los muebles y armarios llenos de sus pertenencias. La destrucción de Milada continuó con la liquidación total del techo. La agencia de seguridad tiraba tejas del techo para alcanzar a los okupas sentados cerca de la chimenea. Cuatro de los siete okupas decidieron bajar con la esperanza de salvar algunas de sus pertenencias. De esta manera, tres okupas quedaban en el techo y los agentes de seguridad decidieron a ir por ellos. Al llegar a uno de ellos, los agentes utilizaron violencia y amenazas para bajarlo. A pesar del gas lacrimógeno nuevamente utilizado y de los repetidos intentos, dos okupas quedaban en el techo. Así comenzó la intervención del Ministro de Asuntos de Derechos Humanos con el director de la Policía de Praga, quienes comenzaron una negociación que duro tres horas.
En el contexto de las negociaciones, la impunidad para los residentes fue garantizada así que la promesa de futuras negociaciones para un nuevo espacio que sustituya a Milada. Terminada esta negociación los dos okupas finalmente bajaron del techo.
milada.org