Barcelona: Gente sin casa, casas sin gente… cómo se entiende?

GENTE SIN CASA, CASAS SIN GENTE… CÓMO SE ENTIENDE?

Sucesivas oleadas especulativas han arrasado Barcelona en el último cuarto de siglo. Una tras otra, hemos padecido las Olimpiadas, las plazas duras (encementades por los Molins, Nadal y compañía), el 22@, el Frrum de las Culturas i la llegada del AVE (tren de lujo per conectar capitales). Sant Andreu no ha escapado a la epidemia. La macroestación de la Sagrera i sus “viales” (como el que se tenía que hacer en el lugar donde estaba el CSO El Palomar y no si hizo nunca) han puesto a Sant Andreu en el punto de mira de la especulación. Los cines Lauren, la Maquinista, el Heron City y el Corte Inglés son algunas de sus consecuencias. La fiebre del tocho ha expulsado a muchas personas que no han podido asumir el incremento del coste de la vivienda; un 1160% desde el año 1984. Antes, la vivienda era el 10% del presupuesto familiar, hoy sube a más del 40%. Mucha gente se ha quedado sin casa.

En cambio, muchas casas se han quedado sin gente; casas que los especuladores mantienen abandonadas a la espera del negocio. Los locales han seguido el mismo proceso; acentuando así el problema de la falta de espacios donde la gente pueda desarrollar sus inquietudes. Paret de esta gente no se ha resignado a marchar ni a no tener espacios y ha optado por la vía de la okupación. Rehabilitando espacios abandonados, las casas y centros sociales okupados han dado una respuesta efectiva al problema de la vivienda a la vez que han generado una enorme cantidad de proyecto y actividades. La respuesta del gobierno ha sido siempre la represión, policial, judicial y mediática.

Los bancos se han lanzado de cabeza al gran botín de la especulación inmobiliaria. Ofreciendo toda clase de garantías y facilidades han conseguido contratar miles y miles de hipotecas astronómicas. Todo el mundo era feliz, todo iba bién. Pero el castillo de cartas se ha desmoronado con la crisis y el paro. Hoy, muchas familias no pueden hacer frente a sus hipotecas. Los bancos, que antes eran amables y sonrientes, ahora no dejan pasar ni una. Se muestran como los buitres que son, planeando encima de sus presas. El más mínimo retraso se convierte en un deshaucio. Y no sólo se quedan el piso, para revenderlo a precios altísimos, sino que obligan a seguir pagando la hipoteca. No tienen escrúpulos.

El gobierno manda policías a desalojar y deshauciar mientras inyecta dinero público para “rescatar” a los bancos y proteje las casas que la especulación mantiene abandonadas. La crisis la paga el pueblo. Mientras miles de personas se quedan sin casa, miles de casas siguen sin gente. Por eso salimos a la calle a chillar bien fuerte que no lo entendemos, que no lo aceptamos y que no nos quedaremos de brazos cruzados. Estábamos indignadas ya antes de la crisis. Ahora estamos decididas, queremos pasar a la acción y apostamos por autoorganizarnos. Nadie nos sacará de este agujero, sólo el pueblo salva al pueblo.

 

Sábado 17 de diciembre en Sant Andreu de Palomar:

Manifestación “Gente sin casa, casas sin gente… Cómo se entiende?”

 

http://resiste.squat.net/

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