El sábado, 2 de febrero de 2013, tuvo lugar una manifestación por la defensa y expansión de los espacios liberados por todo el mundo Viena. Fue el primer día de una campaña transnacional por un Febrero Negro, un día en que las manifestaciones y acciones por causas similares se llevaron a cabo en muchas ciudades del mundo.
La manifestación fue ruidosa y animada. La marcha pasó por las oficinas de lxs propietarixs de la okupa vienesa, Pizzería Anarquía, el lugar que solían ser los edificios del Epizentrum (una gran okupación en octubre/noviembre de 2011, demolidos solo unos días después del desalojo), el edificio del partido verde (que lleva en el gobierno municipal un par de años), la Ammerlinghaus (uno de los proyectos más viejos de Viena que se ganaron okupando), la iglesia Votiv, okupada por refugiadxs en lucha desde hace varias semanas y terminó finalmente en las oficinas de la empresa que posee la propiedad del proyecto K.v.U. en Berlín (Alemania). Se corearon consignas todo el tiempo, se repartieron muchos panfletos y hubo intervenciones orales en todos los puntos importantes de la ciudad por los que pasamos.
Aparte de la situación en Berlín y en Viena, la solidaridad internacional fue un tema importante en la manifestación. La inició gente de Berlín, sobre todo, simpatizantes del proyecto K.v.U, la red “Wir Bleiben alle!” (¡Somos Todxs!) y lxs Antifascistas del Noroeste. El proyecto K.v.U. es un proyecto que se remonta a la época final de la GRD en Alemania del Este y ha sido un lugar para la cultura (juvenil) antagonista y el antifascismo desde entonces. Ahora se encuentra bajo amenaza de desalojo, porque la empresa inversora “Immowert”, con sede en Viena, compró los edificios que albergan K.v.U. y quiere que lxs okupas se marchen inmediatamente. Esto ya había traído a lxs activistas de K.v.U. a Viena antes y se crearon lazos, entre otros, con el colectivo de Pizzería Anarquía. La idea de hacer una manifestación juntxs ya llevaba rondando un tiempo y el más bien pequeño movimiento de Viena pudo finalmente contar con el apoyo de otras ciudades.
En Viena, la manifestación también se movilizó por la campaña “Platz-da?!” que a su vez la apoyó, el Panahyttn y Antifascistas Autónomxs Viena. La Pizzería Anarquía está también amenazada de desalojo. La vieja casa con la pizzería en el bajo ha sido un brutal ejemplo de los métodos que usan lxs auténticxs inversorxs estatales para obtener el máximo beneficio: echan de sus hogares a las personas con contratos de alquiler más viejos y baratos con presión y terror, para renovar los edificios enteros y luego vender cada apartamento individualmente, generalmente a gente con un nivel de ingresos totalmente diferente en relación con el de la gente que vivía allí antes.
La empresa que posee la casa de la Pizzería Anarquía, en Muehlfeldgasse nº12, Castella GmbH, lleva un modelo de negocio especial en este proceso: Compran casas viejas con pocxs inquilinxs pendientes de abandonarlas, gente que lxs anteriores propietarixs no consiguieron echar, porque los contratos de alquiler antiguos son generalmente ilimitados en el tiempo y los precios frecuentemente mucho más bajos que los pisos que se puedan encontrar hoy en día. En términos legales, es casi imposible echar a la gente de pisos como esos. Así que los precios de las casas con poca gente alquilando con renta antigua son bastante más bajos. Sin embargo, si alguien consigue echar a la gente, los posibles beneficios son muy altos.
Castella GmbH está especializada en este tipo de casas, y su creatividad para aterrorizar a la gente hasta que se vaya parece ilimitada: productos químicos apestosos o aceite derramado en las escaleras, constantes puertas principales rotas para producir una sensación de falta de seguridad, ventanas que faltan o suministro de gas apagado en medio del invierno, gente con perrxs llamando agresivamente a la puerta en plena noche mientras gritan a la gente que se vayan, ausencia de reparaciones necesarias y servicio de limpieza, amenazas legales sin fundamento pero igualmente alarmantes contra lxs inquilinxs…
Al principio, lxs propietarixs de la casa pensaron que la gente de Pizzería Anarquía podría ser útil para conseguir echar a la gente que seguía viviendo allí con renta antigua, así que les permitieron durante los primeros seis meses quedarse en la Pizzería y en algunos de los pisos vacíos de forma gratuita. Pero, claro, la gente del colectivo Pizzería nunca quiso jugar ese papel y, desde el principio, fueron forjando relaciones amistosas con lxs antiguxs inquilinxs desde el principio. Son ellxs quienes insistieron en quedarse ahí incluso cuando el antiguo propietario se las arregló para vaciar trece pisos en poco tiempo y a pesar del terror que ha surgido desde que Castella GmbH es propietaria del inmueble.
Después de algún tiempo, la Pizzería se convirtió en un punto de encuentro vivo no solo para quienes viven en la casa, sino también para la gente del barrio y el movimiento antagonista en Viena. Todos los domingos se hace pizza para todxs con el principio de la libre donación, los martes se proyectan películas y documentales, hay una zona de información con una pequeña biblioteca y una tienda gratis donde todxs pueden traer y llevarse lo que necesiten.
Hacia el fin del periodo “legal”, el pasado junio, se lanzó una campaña contra lxs propietarixs, exponiendo sus métodos para echar a la gente de sus casas por dinero. El tema lo tomaron muchos de los medios de comunicación oficiales y el hecho de que la gente de Pizzería Anarquía, generalmente vistxs como “punks”, se levantasen junto a lxs antiguxs inquilinxs contra lxs brutales propietarixs fue una curiosidad que dio mucho que hablar. Ahora está claro que lxs propietarixs cometieron un error al permitirle quedarse a la gente de Pizzería y ese es actualmente el mayor obstáculo para su éxito. Está claro también que no echarán a lxs inquilinxs de sus casas mientras el colectivo de Pizzería Anarquía esté ahí también. E incluso los casos de desalojo contra personas en otras casas propiedad de la misma empresa se han cerrado, al menos, por ahora.
El 2 de agosto de 2012, lxs propietarixs intentaron desalojar la Pizzería y los pisos usados por el colectivo, con la ayuda de unxs 12 trabajadorxs de la construcción, dos detectives privados y un cerrajero. Intentaron también conseguir el apoyo de la policía pero fracasaron en el intento de agitarlos para que participasen directamente en el desalojo, a pesar de que la policía ignoró todas las veces que los propietarios fueron más allá de cualquier punto legal y cooperaron con ellxs en cierto grado. Pero la gente se movilizó para apoyar la casa y consiguieron defenderla. Tras más de 12 horas, en medio de la noche, lxs jefxs de Castella GmbH y su banda se rindieron y se retiraron.
Desde entonces, hay un caso abierto en el tribunal del distrito para desalojar al colectivo Pizzería Anarquía por la “vía legal” y ahora está a punto de terminar, pese a que no se ha dictado el veredicto aun. Pero está claro que, tarde o temprano, el tribunal ordenará ejecutar los “derechos” de lxs propietarixs. Así que, probablemente en los próximos meses, el Estado intentará desalojar la casa y devolverla a las manos de Castella GmbH. Se necesitará mucho apoyo para evitar que esto suceda…
¡Solidaridad más allá de todas las fronteras y contra ellas!
¡Por la defensa y expansión de los espacios liberados!
¡Fascistas y maderos fuera de nuestros barrios!
fuente: fightnow, colaboración con vozcomoarma
Actualización del domingo, 3 de febrero: la Pizzería Anarquía en Viena fue atacada por desconocidxs. Más información, en alemán
Publicado en Contra Info