Tras nueve años latiendo, el Patio Maravillas lleva uno sin espacio para desarrollar su proyecto político. El mismo año que Madrid lleva sin un Patio Maravillas, ese hueco vivo y lleno de corazones latientes en el centro de un Madrid arrasado por la especulación. Mientras tanto, hemos visto cambiar dramáticamente el barrio de Malasaña, el barrio que nos vio nacer, víctima de la voracidad empresarial, de los intereses inmobiliarios y del expolio de los bienes comunes con la aprobación, o el impulso, de las distintas administraciones locales, autonómicas y estatales.
También estos años han presenciado lo que pasó durante el 15M (y su influencia decisiva en el ciclo político), y, sobre todo, cómo la inteligencia colectiva de la ciudad no ha dejado de enredar en formas de expresión y organización, de resistencia y de lucha. Esa inteligencia colectiva nos ha atravesado y desbordado en infinidad de ocasiones: somos un trozo de ciudad sensible a esos desbordes, por eso nos hemos dejado afectar y hemos afectado, declarándonos siempre como un territorio del común.
Así, la apuesta que hoy comienza tiene dos objetivos principales. Por un lado, se trata de reivindicar esa inteligencia colectiva y aportar un espacio de autogestión ciudadana para la ciudad. Por otro, queremos poner el acento en este edificio como símbolo del fracaso de unas políticas públicas que favorecen la especulación a costa del bienestar de la ciudadanía. [Leer más]