¡Salud compañerxs!
Os escribo desde el penal de Can Briñas, en el módulo 1, os haré un breve resumen desde ese maldito dia 9 de febrero (nuestro secuestro) hasta hoy (15 febrero 2006).
Todo comienza a las 8:30 de la mañana cuando un compañero nos despierta a mi colega y a mí avisándonos de que a Ignasi parece ser que lo están desalojando de su casa en la Vila de la Clota (1) Tardamos unos instantes en reaccionar, pero nos decidimos acudir para solidarizarnos con él. Tomamos placenteramente un desayuno y bajamos a la calle para ir a la Clota, cuando en un momento como si de la nada salieran, se avecinan sobre nosotr@s un número indeterminado de agentes de paisano, pero encapuchad@s, de la brigada político-social de los moss@s d’esquadra, diciéndome que estoy detenido por terrorista. El impacto es bastante brusco, nos registran contra la pared en la calle y en ese momento pierdo a la compañera de vista, me meten en un coche y me dicen que las acusaciones son haber incendiado un banco Sabadell y el C.I.R.E. de la calle Gran de Gracia y que van a subir a mi casa a registrarla. Les digo que quiero que esté mi abogado. Me preguntan cuál es y al decírselo los cuatro que habían conmigo se ríen y expresan que eso solo pasa en las películas, pero insisto en que se respeten mis “derechos”. Bueno, no importa. Me llevan hacia mi casa esposado, con la capucha puesta y mirando hacia el suelo de una forma bastante brusca. En la portería ya puedo levantar la cabeza y me doy cuenta del increíble dispositivo que habían montado, calculo que un@s 14 secretas, ya que habían tres coches completos conmigo aparte de 3 furgonetas antidisturbios en Av. Drassanes.
Cuando entramos en casa veo a 6 moss@s y a la compañera, cosa que me tranquiliza un poco y comienza el registro llevándose: carteles, libros, fanzines, ropa, dos ordenadores y no se llevaron l@s gat@s porque no les cabían. En esos momentos me dí cuenta de que no me habían aplicado la Ley Antiterrorista, porque estaba presente la compi y además ella lo preguntó. A todo esto nadie podía acceder ni salir de la portería, estaba totoalmente tomada por la brigada.
Cuando acabaron su asquerosa faena dejan a la colega en casa, me meten en un coche y me trasladan a la comisaría de Zona Franca, allí me fichan y me meten en un calabozo, consigo ver a otro compañero que no era Ignasi y comentamos la jugada y sin todavía entenderlo muy bien, porque la orden de secuestro era solo para Ignasi y para mí, pero a él en breve lo sueltan.
La estancia en comisaria es bastante asquerosa, en poco tiempo, a eso de las 12 calculo, me suben a hablar con el jefe de la brigada y con otro indeseable, quienes con sarcástica risa en sus caras de torturadores, me dicen que si quiero declarar, por supuesto me niego y permanezco allí sentado con esos dos, fumándome un cigarro y teniendo que escuchar preguntas como ¿quién fue lo del instituo italiano de cultura? ¿y todo lo demás que ha estado pasando?
Simplemente no contesto y allí pasamos un rato mirándonos y odiándonos, por lo menos por mi parte, hasta que acabo de fumar, entonces grilletes y para la celda. Al día siguiente nos trasladan a la comisaría de Les Corts, donde pasamos dos dias, a todo eso comiendo dos sándwiches al día y de allí a los juzgados. A Ignasi lo meten en una celda acompañado, a mí incomunicado en otra con una puerta de acero donde tan solo había una ventada rejada de unos 40×40 cm y una segunda puerta de barrotes (cangrejo). Allí pasamos unas horas, no recuerdo cuántas y baja la secretaria de la jueza, que me comunica que no encuentran a mi abogado y que si queremos declarar con uno de oficio, nos negamos hasta que no lo encuentren, pero en realidad estaba haciendo un “habeas corpus” porque le habían dicho que pasaríamos al juez el domingo, cosa que era ilegal. Mentira, supongo para que declaráramos con el de oficio. Por fin llega y subimos a declarar: una puta farsa, donde tan solo con indicios, no pruebas, el fiscal sin mirar siquiera a la cara y sin hacer ninguna pregunta pide para nosotros prisión incondicional, comunicada, sin fianza a esperas de juicio. El abogado ateniéndose a nuestra situación reclama la libertad condicional con fianza, ya que no existe riesgo de fuga ni obstaculización de la investigación, ya que estaba finalizada y, como no, la jueza de guardia del numero 3 decreta la petición del fiscal, y directamente para el talego de la Modelo. En el momento de meternos en el furgón hay un poco de malos tratos, empujándonos con los brazos levantados, esposados, hacia atrás y tapándonos la boca al ver que fuera nos esperaban nuestr@s compañer@s y aporrean la furgoneta. Ésta se dirige a la Modelo como si de un rally se tratara, dándonos golpes al no podernos sujetar. Al llegar a la Modelo, el trato que recibimos es, sin duda, el de presos políticos, en dos horas nos cambian dos veces de celda de ingreso, no nos dejan relacionarnos apenas con otros preventivos. Se puede notar cuando tenemos que pasar al médico, al asistente, al educador o a la profesora, lo hacemos solos, cuando los demás lo hacen en grupo. Al siguiente día, cuando el caso pasa ante el juez de instrucción 13, no sólo se reafirma en denegarnos la libertad, si no que además aplican dispersión y me trasladan a Can Brians, donde un carcelero en un tono asquerosamente irónico me dice: “vaya paradojas que tiene la vida, ayer poner bombas en el CIRE y hoy estás entre rejas”. Yo le digo que respete la presunción de inocencia y que no estoy juzgado, y me dice: “tú eres de esos que habla de la brutalidad de los carceleros, pues ahora la vas a sentir en tus propios huesos”.
Hasta ahora el castigo físico no lo he sufrido, el moral bastante, ya que contínuamente nos desprecian como si no fuéramos personas y no lo voy a negar, no puedo descansar bien. Por las noches continuamente sueño, bueno tengo pesadillas, con la detención y os recuerdo a vosotr@s compañer@s, los que estáis ahí fuera, a mi familia, pero me da fuerzas saber que continuáis luchando como nosotros lo haremos aquí en las mazmorras del estado, donde sabemos que aquí no es nuestro sitio, nuestro sitio está fuera, con vosotr@s resistiendo y tirando hacia delante, hacia la libertad que encontraremos siendo firmes y constantes. Superando cualquier barrera que nos ponga el estado, auto-organizándonos y luchando. Ni brigadas político sociales, ni los juzgados, ni las cárceles acabaran con la Anarquía, si ya no lo han conseguido, nunca podrán.
Tan solo pediros que continuéis, que nos apoyéis pues lo necesitamos para no caer. Hasta dentro de poco, sabemos que saldremos en poco tiempo, no nos pueden tener aquí si tienen un poco de vergüenza y que salgamos depende tanto de que se aplique la maldita legalidad y más de la lucha que se lleve fuera: protestad, gritad y resistid (si queréis).
Desde el módulo 1 del penal de Can Brians.
SALUD Y ANARQUÏA.
Animo y adelante.
Ruben