La empresa Desokupa se ha acercado hoy al Centro Social La Yaya, del barrio madrileño de Argüelles, a taparles la ventana para obligarles a salir por desnutrición y deshidratación.
La Yaya había ocupado a principios de octubre este local de la calle Juan Álvarez Mendizábal 74 que llevaba en desuso más de 15 años para utilizarlo como centro cultural abierto a todas las personas del barrio. El propietario del inmueble, Jorge Iglesias, sobrino del cantante Julio Iglesias, contrató a la empresa Desokupa, que les hizo su primera visita el 12 de octubre, ofreciendo remuneración económica y, ante el rechazo de los miembros de La Yaya, decidieron tomar medidas más fuertes. El día 20 intentaron sin éxito echarles la puerta abajo quitando los clavos.
La policía, sabedora de que ellos no pueden desalojar a nadie sin una orden judicial, no sólo no ha impedido las medidas tomadas por Desokupa, sino que uno de sus miembros los abrazó al llegar al centro social.
La empresa Desokupa se define como una empresa intermediadora especializada en la intermediación de inmuebles ocupados ilegalmente. Aseguran estar basados en “el respeto a las personas, sin distinción de raza, religión o tendencia política”, defender “el derecho a la propiedad privada” y una “rápida intermediación amistosa con los ocupantes del piso apropiado” si la intermediación no se acepta, su equipo de abogados iniciará una actuación judicial. Lo que dicha empresa no cuenta es que su jefe, Daniel Esteve, ha sido detenido por coacción brutal y que otros de sus miembros son nazis, asesinos y paramilitares. Sin embargo, en su página de Facebook se han quejado de que los periodistas manipulan y que la policía les ha apoyado en todo este proceso. [Leer más]
Madrid: Asedio de Desokupa. CSOA La Yaya sin acceso a comida y agua
Madrid: La Policía permite que seguridad privada y Desokupa custodien La Yaya
Tras tres horas de retención, la Policía Nacional permite que los vigilantes privados contratados por Desokupa y el sobrino de Julio Iglesias bloqueen la entrada del centro social La Yaya.
“Nos quedamos y aquí no entra nadie, escríbelo ahora”, ha gritado a este periódico Dani Estevez, director de Desokupa sobre el centro social La Yaya. Desokupa es una empresa al margen de la legalidad e investigada por un juzgado de Barcelona, dedicada al desalojo de inmuebles, y esta mañana ha puesto dos agentes de seguridad privada en la puerta de ese centro social ocupado en el distrito de Argüelles.
El espacio, sin uso desde hace veinte años, según explican desde el centro social, fue ocupado hace dos semanas por un jóvenes de Argüelles, apoyados por varias organizaciones del barrio, para hacer actividades culturales. El jueves pasado ya recibieron la visita de Desokupa, empresa contratada por la propiedad del inmueble –la sociedad IglesiasAssembly. S.L., administrada por Jorge Iglesias Domínguez-Macaya, sobrino del cantante Julio Iglesias–. [Leer más]
Madrid: La familia de Julio Iglesias contrata a Desokupa para desalojar ilegalmente el centro social La Yaya
La empresa de desalojos ilegales ha dado un ultimátum a la asamblea del centro social para que abandone el inmueble antes de las 12h del 12 de octubre.
Con tan solo dos semanas de vida, el centro socio cultural okupado La Yaya, en Argüelles, afronta mañana la amenaza de desalojo ilegal a cargo de la empresa Desokupa. Según explican desde la asamblea del centro social, cuatro personas de esta empresa acudieron hoy al centro social. Primero han intentado sobornarles para que abandonaran el espacio y después les han amenazado con “desalojarlo a su manera” si mañana, 12 de octubre, a las 12h del mediodía, no lo habían vaciado.
El centro social La Yaya, ubicado en la calle Juan Álvarez Mendizábal, 74 en un inmueble propiedad de la familia de Julio Iglesias, según afirman desde el centro social, se abrió hace dos semanas, según explicaron en un comunicado hecho público hoy por redes sociales, por parte de un grupo de jóvenes del barrio, muchos de ellos sin experiencia previa en colectivos políticos y otros ya participantes en movimientos sociales. “Llevaba entre 15 y 20 años abandonado”, explica a El Salto uno de los participantes de la asamblea del centro social, que señala que su último uso fue un taller que cerró en los 80. [Leer más]