Berlín: comunicado en relacion a lxs 8 anarquistxs presxs en Barcelona

El pasado 27 de febrero de 2021 detuvieron a 8 compañerxs anarquistxs de Italia, Francia y España durante los disturbios producidos en Barcelona, a raíz de las protestas que vienen sucediendo desde la detención de Pablo Hasél el 16 de febrero. Actualmente, todxs se encuentran en prisión preventiva sin fianza en la cárcel de Brians I (Martorell). El juez de guardia del juzgado 17 de Barcelona, les acusa de organización criminal, tentativa de homicidio, manifestación ilícita, atentado a la autoridad, daños y desórdenes públicos. Todo esto como consecuencia de que se iniciara un fuego a una de las furgonetas de los antidisturbios de la Guardia Urbana de Barcelona, cuerpo que cuenta con un amplio historial de torturas y violencia indiscriminada contra personas migrantes y sin techo (1); y el cual la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, prometió disolver en las elecciones municipales de 2015 (2). Pero, como podemos ver, ahí siguen.

Todas estas acusaciones se ven acompañadas de un dispositivo propagandístico por parte de los medios de comunicación que, como herramienta del Estado, están justificando la represión en contra de nuestrxs compañerxs e infundiendo miedo para desarticular las protestas. [Leer más]

Cataluña: ocho detenidxs, registro de okupas

Un grupo anarquista sería, según los Mossos, el principal responsable de los disturbios de Barcelona por la libertad de Pablo Hasel. Ante la amplia respuesta social, especialmente entre los jóvenes, al aberrante encarcelamiento del rapero Pablo Hasel la policía catalana ya tiene a los responsables, a los cabezas de turco a quienes pretende criminalizar para escarmiento social y ocultar, de paso, los brutales abusos cometidos por los antidisturbios (estallido de un ojo de una manifestante, apaleamiento masivo de Gràcia…).

Sin duda que seguirán contando con todo el abrumador apoyo de un aparato político (los gobiernos central y autonómico), judicial y mediático que, como buenos servidores de los poderes económicos, están interesados en desviar la atención de las causas profundas de las movilizaciones como, por ejemplo, el autoritarismo y la represión crecientes del Estado (el escandaloso encarcelamiento de Hasel es el enésimo caso), la corrupción rampante, con el borbón a la cabeza, o la exclusión social y falta de perspectivas ante un capitalismo cada vez más depredador. [Leer más]