…hasta que no tengamos que hacerlo más“, solíamos escribir. A menudo hemos ocupado casas en Berlín, muchas han sido evacuadas de nuevo. Pero ahora la situación es diferente. En tiempos de „crisis“, esta frase puede extenderse a un llamamiento: „¡Tenéis que uniros – en toda Europa!“
Covid-19 se está extendiendo por más y más áreas del mundo y resulta que el así llamado estado de catastrofe es la regla. Porque allí, donde la gente es llamada por el supuestamente necesario y estricto estado paterno: „Quédate en casa“, no todo el mundo tiene hogar. Como si eso no fuera suficiente, el propio estado ha aumentado el número de personas sin hogar desalojándolas. Al mismo tiempo está cerrando los alojarmiento precarios, que les desamparades necesitan para un poco de pan, agua y jabón. En su doble moral, nos exhorta patriarcalmente: „¡Cuidado con la higiene!“
„¡Evitar el contacto social!“ es lo que los gobiernos nos piden que hagamos. Pero, ¿hacia dónde deberían retirarse les refugiades cuando están hacinados en campos y prisiones de deportación en las fronteras exteriores de Europa y en la periferia alemana? Al lado de quitarles sus derechos humanos – como el asilo, la libertad de movimiento y la vivienda – también se han visto privades de la posibilidad de protegerse eficazmente contra Covid-19. [Leer más]