La masía, propiedad de una empresa del Grupo Alcaraz, estuvo diez años abandonada hasta su recuperación.
Can Piella, una masía del siglo XVII abandonada durante diez años, y ahora recuperada como centro social hace algo más de tres, vive nuevamente bajo amenaza de desalojo. En octubre del pasado año, se paralizaba una primera orden de desalojo cautelar mediante un recurso cuya desestimación ha motivado esta nueva orden que mantiene en solfa a los habitantes de los proyectos y colectivos que confluyen en el espacio comunitario.
Propiedad de especuladores
Ubicada en Montcada, a unos 15 kilómetros de Barcelona, –en terrenos que el magnate Sheldon Adelson valoró para Eurovegas–, Can Piella ha sido rehabilitada desde su okupación mediante diversos talleres de autoformación. “Todo lo que se hace aquí se plantea como aprendizaje colectivo”, explica Bárbara Moret, miembro de la Asociación por la conservación de Can Piella que, junto con una asamblea abierta, gestiona el espacio. Realizan actividades relacionadas con la agroecología, la energía y el agua, talleres de pan, actividades de reforestación, etc. Todo ello con un gran éxito de asistencia de los pueblos cercanos, lo cual les ha granjeado un fuerte apoyo vecinal que se hizo patente en las movilizaciones contra su desalojo el pasado año. En los huertos de la finca “gente de diferentes edades, que no se conocía de nada, gestiona colectivamente un trozo de campo, lo que hace que tengan que ponerse de acuerdo, y organizarse”, explica Moret. [Leer más]