Estado español: Okupación, el fantasma de sobremesa

“No estoy segura de cual es el fatal secreto”, Matilde en el Castillo de Otranto

La reciente campaña mediática contra la ocupación de viviendas no ha sido la primera, pero si una de las mas intensas de los últimos tiempos. Su lanzamiento, en vísperas de un probable recrudecimiento del conflicto por la vivienda, no parece casual. La crisis económica y sanitaria ha puesto en alerta a los sectores implicados, y este parece un primer movimiento de una parte. Esta campaña está empezando a tener respuestas, sobretodo en forma de artículos y en redes sociales. En estas respuestas, se ha denunciado que el fenómeno de la ocupación de casas está menos extendido de lo que los medios sugieren con tono alarmista. Los datos y las estadísticas refuerzan esta denuncia. Además se ha criticado, con razón, que se está confundiendo intencionadamente okupación con allanamiento de morada. Por último, se ha tratado de centrar de nuevo el debate sobre el problema del acceso a la vivienda, que es la causa primera que provoca la ocupación de propiedades.

La situación de calma tensa que vivimos, parece la antesala de una mayor conflictividad social, también en torno al tema que tratamos. Por eso las respuestas defensivas son imprescindibles, pero convendría tratar de ir un poco más allá y retomar la iniciativa en el conflicto, para eso puede ser útil examinar aspectos menos visibles o menos explorados. Además, frente a campañas de este tipo, los datos y las estadísticas suelen ser útiles solo a medias, porque de lo que se trata en este caso es de si ocupar viviendas y locales es legítimo o no. [Leer más]

Estado español: Cuando okupar es un derecho

La ocupación pacífica de viviendas deshabitadas en un acto de desobediencia social a un injusto modelo de reparto de las riquezas que priva a cada vez más gente de una vida digna. La reivindicación de la despenalización de este tipo de ocupación es un paso más hacia la justicia social.

Este mes de agosto los medios de comunicación nos han bombardeado con noticias alarmistas sobre la creciente ocupación de viviendas habitadas, dando relevancia a un fenómeno hasta ahora minoritario y consiguiendo que las voces más conservadoras y reaccionarias clamen por una supuesta “ley antiokupa”. Sobre los motivos que hay detrás de esta campaña recomiendo leer a Emmanuel Rodríguez; a mí sólo me toca convencer a quien me lee de que el único debate legítimo en torno a esta cuestión es, en la actualidad, reivindicar la despenalización de la ocupación. [Leer más]