Los rocódromos de los centros sociales autogestionados constituyen una ayuda solidaria para aquella gente que no tiene acceso a instalaciones indoor.
Los Centros Sociales Autogestionados (CSA) o Centros Sociales Ocupados Autogestionados (CSOA) no son un invento actual, pero la crisis ha puesto a estos espacios en el punto de mira. En estos momentos, en los que la sociedad se siente huérfana de apoyo administrativo, cuando los recortes acaban con las infraestructuras sociales y culturales, es cuando estos proyectos se ven más perseguidos.
Los centros sociales autogestionados se sostienen por unos criterios básicos: cooperación, horizontalidad, transparencia y uso no lucrativo ni privativo, sino colectivo, solidario y responsable de los recursos. Podemos encontrar multitud de actividades: bibliotecas, actividades para niños, actividades deportivas, cine, conciertos, talleres, etc.
En ocasiones incorporan actividades destacadas por su singularidad. Especial mención merece el circuito BMX que existía en el CSOA La Traba, hasta su desalojo y derribo el 20 de agosto. Se trataba del único bikepark indoor de España gratuito, además de ser el más grande.
Cada día hay más rocódromos autogestionados. Salas en las que tienen cabida desde gente sin ninguna experiencia hasta los más expertos escaladores, y que sirven de punto de encuentro entre aficionados a la escalada y, a la vez, como espacio para la organización de actividades relacionadas. En muchos casos, estos rocódromos constituyen una ayuda solidaria para aquella gente que por falta de dinero no tiene acceso a instalaciones indoor, en su mayoría privadas. No todos se encuentran dentro de un CSA o CSOA. Algunos son iniciativa de grupos de escaladores que se unen asociándose y creando su propio espacio. Aquí os dejamos algunas referencias de rocódromos autogestionados.
Bloc Onze (Can Batlló, Barcelona)
Este rocódromo se sitúa en la nave industrial que desde junio de 2011 autogestionan de manera voluntaria las vecinas y vecinos de los barrios de La Bordeta y Sants. Tras muchas movilizaciones, la Plataforma Can Batlló consiguió la cesión de la gestión de la nave.
Desde entonces, Bloc Onze funciona con el esfuerzo voluntario de vecinos y vecinas organizados asambleariamente, y ya alberga, entre otros servicios, la biblioteca popular Josep Pons, un polivalente espacio de encuentro, un auditorio, etc.
La Fábrika (Collado Villalba, Madrid)
Esta instalación se encuentra en el CSOA La Fábrika, espacio ocupado en la discoteca abandonada Testa. Alguna de las actividades permanentes que encontramos en La Fábrika, aparte del rocódromo, son: hacklab, ateneo, gimnasio, yoga, huerto y taller de bicis. “El uso del rocódromo es gratuito, pero se agradece si alguno aporta algo a la hucha que hay en el roko, para seguir comprando y montando más infraestructura”, explican desde la asamblea que gestiona el espacio.
El Plafón (Ciudad Real)
Este espacio es el único rocódromo disponible para escalar en la ciudad. Surgió como iniciativa de un grupo de escaladores y montañeros de la capital y alrededores que decidió solucionar con un enfoque autogestionado la carencia de este tipo de espacios.
Las personas que lo gestionan explican: “Nos constituimos como Club Deportivo Elemental en el verano de 2006. Una vez localizado un local acorde a nuestras posibilidades económicas, una cochera en la calle Cigüela, comenzamos el duro trabajo, tanto físico como económico, de crear un rocódromo desde cero. En la actualidad, El Plafón supera ya los 65 socios. Hay una cuota mensual para los gastos. Es importante señalar que no se trata de una empresa y que su actividad es sin ánimo de lucro. Los ingresos se aportan entre todos y los gastos se deciden entre todos”.
Aprieta (Aracena, Huelva)
Inaugurado en junio de este año, este rocódromo se encuentra en el antiguo recinto de exposiciones ganaderas y está gestionado por la unión de un grupo de aficionados a la escalada en torno al Club de Escalada Aprieta. Con la instalación de este rocódromo dan repuesta a las necesidades de un colectivo practicante de esta modalidad deportiva en la zona y ofrecen la oportunidad de conocerla al público general. También realizan charlas, proyecciones y diferentes actividades.
Kukutza (Bilbao)
Mención aparte merece el proyecto que se encontraba ubicado en la tercera planta del centro social ocupado de Kukutza, en el bilbaíno barrio de Recalde, desalojado en septiembre de 2011 tras 13 años de actividad. Albergaba en su interior el mayor rocódromo cubierto de Bizkaia, un espacio que se construyó tras años de duro trabajo y con la autogestión como medio. Gestionado por el Kukutza Eskalada Taldea, organizaban diferentes tipos de actividades, tales como escapadas al monte, cursillos para impulsar la escalada y competiciones. También tenían como medio de financiación el Rokomobil, un rocódromo móvil que montaban tanto en las fiestas de los pueblos como en las de los barrios con el fin de transmitir a la gente que diferentes modelos de vida son posibles.