El 12 de julio, el diario ‘El País’ publicaba una noticia titulada: “Berlín sufre una oleada de violencia de ultraizquierda”, y subtitulaba: “El desalojo de una casa okupa deriva en disturbios, protestas y quema de coches”. Tenemos otra versión de los hechos.
Los diarios se interesaron el fin de semana pasado, de repente, por lo que ocurre en Berlín. Como casi siempre que hay disturbios, los análisis son rápidos y mal fundamentados. En este caso se trataba de un edificio que los medios de habla hispana han catalogado como un edificio ocupado ilegalmente. Aquí tenemos ya el primer error garrafal: según la Oficina de Urbanismo de Berlín, no hay en este momento inmuebles ocupados por colectivos como tales. Después de que en los 90 cientos de bloques fueran ocupados, y de una lucha callejera que tuvo su punto álgido en la encarnizada batalla de la calle Mainzer, todos los grupos de activistas negociaron contratos con el ayuntamiento y los propietarios de los inmuebles que habían ocupado. [Leer más]